La Batalla del Chiaraje es una de las expresiones folclóricas más antiguas de Perú, y al mismo tiempo es una de las más incomprendidas de todas. Y es que para muchos el hecho de ver a una multitud de hombres golpeándose unos a otros con piedras, hondas y zurriagos; mientras las mujeres danzan alrededor, puede ser un poco perturbador e intimidante.
 
Sin embargo, después de conocer el trasfondo de este ritual, es posible entender que el objetivo de la batalla no es lastimar al otro, sino hacer una ofrenda a la Madre Tierra o Pachamama para que brinde un año próspero para las cosechas.
Foto: Vice.com
 
Las comunidades de Langui, Q’ewe y Ch’ecca, pertenecientes a la provincia de Canas en el sur de Cuzco, creen profundamente que el ofrecer su propia sangre a la tierra es un sacrificio para atraer grandes abundancias y prosperidad durante el nuevo año.
 
Es por eso que cada 20 de enero se dan cita en el lugar sagrado llamado Chiaraje para la batalla campal en la que participan los hombres de las tres comunidades vecinas.
 
Contrario de lo que muchos piensan, estas comunidades no son enemigas ni se odian entre sí, en realidad son buenos vecinos que comparten su vida cotidiana y sus creencias.
 
La Batalla del Chiaraje consiste en hacer retroceder al oponente lo suficiente para tomar posesión de la cima de un cerro de la zona. La comunidad que más terreno ocupe gana.
 
Durante la batalla es normal que hayan heridos, a estas personas se les atiende inmediatamente y, si se sienten en condiciones, regresan al campo a seguir con el ritual. Sin embargo, algunas veces se han presentado casos de muertes debido a los fuertes golpes con piedras y demás que ocurren en el campo, en estos casos los habitantes creen que los caídos son un buen augurio para la temporada de lluvias.
 
La Batalla del Chiaraje suele durar varias horas. Empieza desde temprano en la mañana, hay una pausa al medio día para descansar y comer, y se extiende hasta la tarde. Todos participan y todos tienen un papel importante.
 
Al final lo que queda es el deseo de que la ofrenda a Pachamama traiga consigo un buen tiempo para la cosecha y abundancia para todas las comunidades.